La fábrica fue construida en 1885 por su propietario, José Ros Furió, para albergar las instalaciones de su empresa, La Ceramo, especializada en la producción de cerámica tradicional valenciana y, particularmente, en la recuperación las viejas técnicas artesanales, entre ellas, la de los alfares musulmanes de reflejo metálico.
Archivos: Monumentos
Antiguo matadero Municipal
Fue proyectado por el arquitecto Luis Herreras Soler en 1895, en un contexto de preocupación por la disposición de medidas higiénicas y de salud pública que dio como resultado la prohibición de situar actividades insalubrees dentro de la ciudad. Debido a ello, se construyó en las afueras de la ciudad, en el antiguo camino de Madrid, en las proximidades de la acequia de Rovella, lo cual favorecía su limpieza por inundación. Las obras finalizaron en 1902. Llegó a ser considerado el mejor matadero de España, ocupando una extensión de unos 12.875 m².
Antigua fábrica de abonos Jose Campos Crespo
La antigua fábrica de abonos “José Campos Crespo” es un edificio de arquitectura modernista industrial de principios del siglo XX (1913) de Demetrio Ribes.
El Centro Deportivo La Creu del Grau ha sido concebido como un centro deportivo versátil donde se pueda dar cabida tanto a actividades deportivas propias del barrio como el uso particular de un centro especializado de halterofilia.
Antigua estación del Cabañal
La antigua estación del Cabañal fue inaugurada el 20 de abril de 1862, con la apertura del tramo Valencia-Sagunto de la línea que tenía que unir Valencia con Tarragona.
Antiguo matadero del Cabanyal
En 1908 se construye el antiguo Matadero del Distrito del Puerto, utilizado hasta la década de 1960, cuando comenzó a emplearse con otras finalidades, como almacén, talleres y despachos, hasta su abandono definitivo unos años después.
En 1989 las asociaciones de vecinos de los barrios contiguos empezaron una lucha para que el espacio ocioso fuera ocupado, reivindicando la implantación de algún equipamiento público, en concreto, un centro de salud. Años después las edificaciones del complejo fueron rehabilitadas y adaptadas para este uso, implantándose aquí el Centro de Salud Serrería I, inaugurado el 24 de febrero de 2000.
La intervención de este antiguo matadero para reconvertirlo en centro de salud ha permitido mantener las construcciones originales para un uso totalmente diferente.
Mercado Jesus Patraix
Con una arquitectura vanguardista, situado cerca del centro de la ciudad y perfectamente comunicado, este mercado situado en uno de los barrios con más personalidad de Valencia cuenta con casi 70 puestos de venta, todos en activo, desde los cuales los vecinos tienen acceso a productos frescos con todas las garantías de calidad.
Antiguo Mercado de Abastos
El Antiguo Mercado de Abastos fue construido a instancias del alcalde de la ciudad, el barón de Cárcer, como mercado de venta al por mayor para mayoristas de la provincia y otras partes del territorio. En su momento fue considerado el mejor de España y uno de los más importantes de Europa. Diseñado por el arquitecto Javier Goerlich Lleó partiendo de criterios funcionalistas, las obras se iniciaron el 1 de diciembre de 1940 y, tras de varias interrupciones, finalizaron el 28 de junio de 1948.
Naves de Cross
La parcela del antiguo complejo fabril S. A. Cross, se situó junto al ya desaparecido tendido ferroviario de la línea Valencia-Grau, de capital importancia en el desarrollo de esta industria.
La fábrica Cross de la ciudad de Valencia, tiene que comprenderse en el desarrollo agrícola valenciano durante los siglos XIX y XX, en la fabricación de productos fertilizantes, en sustitución o complemento de los abonos tradicionales.
La datación de su construcción y la evolución histórica de la S. A. Cross, presenta dificultades por la escasez de datos de archivo sobre este tema, al tratarse de una industria iniciada en el siglo XX.
Capilla del antiguo colegio de San Pablo
En la calle San Pablo se encuentra actualmente uno de los símbolos educativos más importantes de la ciudad, el Instituto Nacional de Enseñanza Media Luis Vives.
No obstante, hasta el año 1930 no era conocido por ese nombre, sino por el de Colegio de San Pablo, uno de los centros docentes más importantes desde el siglo XVII, que representa el primer colegio de jesuitas que se construyó en toda España.
Si bien futuras remodelaciones y rehabilitaciones han transformado profundamente aquella construcción iniciada a mediados del siglo XVI, en la actualidad todavía quedan infraestructuras de ámbito religioso, de entre las que destaca la Capilla Luis Vives.
En la actualidad, la entrada a esta capilla puede realizarse tanto desde el patio claustral interior, como también desde la misma calle San Pablo, a través de una puerta de estilo neoclásico.
La Capilla Luis Vives presenta una planta rectangular de una sola nave y sin crucero, con ventanas rectangulares de clara decoración barroca.
Tiene un total de seis capillas entre los contrafuertes y un coro alto a los pies que destaca por cubrir toda la anchura del interior de esta iglesia.
En el Altar Mayor destaca el dorado que se le aplicó al retablo de madera, una creación barroca del escultor Tomás Artigues a principios del siglo XVIII.
Este retablo de dos cuerpos y una hornacina central presenta la imagen de San Pablo y la de la Inmaculada Concepción, escudados a la derecha por Santa Catalina de Alejandria y a la izquierda por Santa María Magdalena.
El visitante encontrará muchas otras obras pictóricas de concepción religiosa distribuidas por sus instalaciones interiores, pero de obligado detenimiento es la Capilla Honda, también conocida como Capilla de la Comunicación, situada a la izquierda del presbiterio.
Este espacio se construyó como sacristía en 1694, pero más tarde sufrió una remodelación completa. Actualmente destaca por sus bóvedas vaídas y de arista, así como por la decoración con elementos de estilo rococó que se funden con el resto de la construcción, de imprescindible contemplación.
Iglesia de la Santísima Cruz
En la Plaza del Carmen de Valencia se encuentra la Iglesia de la Santísima Cruz, una de las construcciones religiosas más importantes de la ciudad, sobre todo por su riqueza artística tanto en su interior, como en su exterior, sobre todo en la fachada.
Este edificio disfruta del título de Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1983 y es considerado también un Bien de Interés Cultural de la ciudad de Valencia.
La Iglesia de la Santísima Cruz tiene una historia que añade algo de confusión a su nombre. Inicialmente era conocida como Iglesia del Convento del Carmen. Su origen coincide con la llegada de los carmelitas a la ciudad en 1280. Si bien su nombre se modificó en 1842 cuando la parroquia del convento de la Santa Cruz se traslada a ella por demolición del edificio original, todos los valencianos han mantenido el nombre de Iglesia del Carmen.
No obstante, sí existe una Santísima Cruz que puede admirarse presidiendo el Altar Mayor, junto a retablos del pintor José Bellver Delmás que tratan sobre la Exaltación de la Santa Cruz y la Invención de la Santa Cruz.
La Iglesia de la Santísima Cruz se dispone en una planta rectangular, de una nave, con capillas laterales, bóveda de cañón y arcos de diafragma.
Pero si el interior combina pintura y arquitectura de forma sublime, en el exterior estamos ante una de las mejores fachadas-retablo de toda la ciudad de Valencia.
Esta fachada, que da directamente a la Plaza del Carmen se realizó en dos fases (durante los siglos XVI y XVII), con 3 cuerpos.
El primero por Gaspar de Sent Martí, que presentó 3 columnas jónicas a cada lado de la puerta, con dos nichos que en 1961 recibieron esculturas de San Simón Stok y San Juan de la Cruz. Encima de ellos, se representa el escudo de la Orden del Carmen.
Los otros dos cuerpos, de Juan Bautista Viñes y José Bonet, son más recargados. Uno de ellos presenta a la Virgen del Carmen con el Niño sujeto entre sus brazos, junto a nichos con Santa Teresa de Jesús y Santa Magdalena de Pazzis. El otro cuerpo presenta otra escultura con San José y el Niño.
Exteriormente también es objeto de interés la torre campanario, terminada en el siglo XVIII, de planta cuadrada, arco de mediopunto y una veleta superior conocida como «el angelot del Carme». Seis campanas tañen desde allí arriba ante la expectación de vecinos y turistas del barrio valenciano del Carmen.
Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir
En la calle Caballeros de Valencia encontramos la Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, conocida normalmente por su nombre abreviado «Iglesia de San Nicolás».
Esta iglesia parroquial fue una de las primeras que se construyó tras la reconquista y, como es entendible, con el paso de los años, diferentes artistas han motivado una evolución del edificio.
Sin embargo, lo que hace especial a la Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir es que la complementación de estilo gótico y de estilo barroco, se ha conseguido con una armonía poco frecuente en este tipo de construcciones.
Como era propio de las iglesias de la época, la de San Nicolás cuenta con una planta de una sola nave y seis capillas entre los contrafuertes, con cabecera poligonal.
Aún se mantiene la puerta de los pies, con un marcado carácter gótico, pues se construyó a mediados del siglo XV. Destacan de esta portada las arquivoltas y el rosetón, que también se acompaña de un plato en relieve en el que se hace alusión a un milagro de San Nicolás.
Iglesia de los Santos Juanes
La Iglesia de los Santos Juanes tiene muchas denominaciones entre los valencianos. Hay quien la identifica como la Real Parroquia de los Santos Juanes y quien hace referencia a ella como Iglesia de San Juan del Mercado, en relación a su ubicación en la Plaza del Mercado.
Se trata de una iglesia católica declarada Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico Nacional.
Su privilegiada ubicación, su importancia histórica y la magnitud de su arquitectura y decoración, la convierten en una de las iglesias más importantes de toda la ciudad de Valencia, así como también de las más visitadas.
El estilo que se le confirió originalmente a la Iglesia de los Santos Juanes es el de una estructura gótica valenciana. De ello todavía es posible identificar su nave y el gran óculo cegado, al que se le conoce popularmente como «la O de Sant Joan», un enorme rosetón que se presenta en su fachada.
La Iglesia de los Santos Juanes no pudo mantener intacta su infraestructura original, porque en el año 1592 sufrió un importante incendio que requirió una reconstrucción casi total de todo el edificio. Los trabajos perduraron durante los siglos XVII y XVIII.