Contiguo al Palacio de Scala, se conserva el Palacio de Bailia, uno de los pocos edificios civiles que ha sobrevivido de la época foral. Representa un esquema palaciego en torno a un patio central, donde recientes estudios arqueológicos han constatado la aparición de restos de una construcción original de los siglos XIV o XV.

Es a principios del XVI cuando se remodela el patio construyendo los grandes arcos de piedra y, probablemente la escala, obra de un maestro competente y conocedor de los avances de estereotomía desarrollados en la década de 1490 por Pere Compte. En 1666 se incorpora el huerto construyéndose el arco de salida a este, apreciándose diferencia con los existentes en la solución de las bases de los pilares. Hacia 1840 el edificio debió de ser adquirido para transformarse en sede de la Bailia y residencia del procurador general del rey, acometiéndose seis años más tarde una serie de obras de intervención sobre la antigua residencia de los Ferrer. A partir de 1868, fecha de supresión de la institución de la Bailia General, el edificio experimentará alteraciones en su imagen llegando a la demolición del frente del edificio en la calle Serranos. En 1883 es adquirido por José Jaumandreu y Sitges que encarga al maestro de obras Vicente Alcayne la reedificación del palacio.

El acceso principal en el edificio se produce desde la plaza de Manises, espacio representativo actual muy diferente en su traza y dimensiones al cual existía en origen. Por ellos es de suponer que cuando Alcayne presenta su propuesta al entonces propietario, proyecta mantener como elemento significativo la portada renacentista de piedra, planteando la repetición de aperturas en la fachada que recae en la calle Serranos. Posteriormente, el inmueble fue adquirido por la familia Jaudenes, condes de Zanoni, quienes encargaron en 1904 al arquitecto Luis Ferreres las obras de renovación de la fachada (incorporando el escudo familiar) y el jardín.

En el primer tercio del s. XX interviene José Manuel Cortina, con la ejecución de los alféizares de mármol de la escala principal y entresuelo, de estilo neogótico. En 1952 la Diputación Provincial adquirió el palacio, destinando el piso principal para la instalación del Museo de Prehistoria y la planta baja y entresuelo como oficinas de Hacienda. Las obras de habilitación se desarrollaron entre los años 1955 y 1962, siendo el responsable de las mismas el arquitecto Luis Albert, cuyo proyecto actuaba en el entorno del patio, aunque no se concluyó. Fue retomado por los arquitectos Peñin y Stuyck, en la intervención realizada entre 1978 y 1986, conservando su uso institucional.

Cuando fue sede del museo de prehistoria, fue declarado en 1963 Monumentos histórico Artístico. Posteriormente en 1995, los bienes museísticos se trasladó a la calle Corona, y actualmente el edificio es sede de la Diputación Provincial junto con el palacio de la Scala. Después de la intervención arqueológica realizada en 1996 al patio posterior del palacio, se localizó parte del llamado cementerio de Sont Bertomeu, donde se excavaron 25 tumbas y tres osarios.



Datos básicos

Dirección:

Plaza de Manises, 4
46003 Valencia