Datos básicos

Duración:

7 horas. Con paradas.

Punto de partida:

Torres dels Serrans

Punto de llegada:

Passeig Marítim



Si apuestas por el transporte sostenible y te gusta ir en bicicleta, debes saber que Valencia reúne condiciones ideales para el turismo ciclista. Por muchas razones: por su tamaño no excesivamente grande, por su condición de ciudad prácticamente plana, sin desniveles; por sus condiciones climáticas agradables y por su carril bici de más de 120 kilómetros que conecta todos los barrios de la ciudad. Además, el anillo ciclista rodea el centro histórico de Valencia y permite acceder fácilmente a esta zona absolutamente clave de la ciudad.

Valencia pertenece a la Red de Ciudades por la Bicicleta, asociación para la generación de una dinámica entre ciudades españolas que permita facilitar, hacer más segura y desarrollar la circulación de los ciclistas, especialmente en el medio urbano.


Nuestra ruta comienza en el Jardín del Turia, situado en el antiguo cauce del río Turia, que atraviesa todo el núcleo urbano desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta el Parque de Cabecera, con una extensión de más de 7 kilómetros.  Se trata del mayor jardín urbano que hay en España, que cada año recibe más de tres millones de visitantes. Así pues, permite visitar prácticamente toda la ciudad en bicicleta rápida y cómodamente, sin prisas, parando en sus lugares más atractivos.



Desde el Jardín del Turia, accedemos al centro histórico de la ciudad por las Torres de Serranos, construidas en el S. XIV, una de las puertas fortificadas de la muralla medieval. La única, junto a las Torres de Quart, que se conserva en pie hoy en día.  Muy recomendable hacer una visita y subir hasta lo alto para contemplar unas preciosas vistas de la ciudad.

Desde este monumento emblemático se realiza todos los años la Crida para las Fallas de Valencia, que significan el pistoletazo de salida de nuestras fiestas mayores, en un acto que cuenta con la presencia de las principales autoridades.



A tan solo un minuto pedaleando  por la Calle de Serranos se encuentra la Plaza de Manises. Vale la pena hacer una parada aquí porque nos encontramos un conjunto histórico-artístico de gran valor, con varios edificios palaciegos, entre los que destaca el Palau de Baylía, del S. XV, sede actual de la Diputación Provincial de Valencia, Monumento Histórico Nacional. Sin olvidarnos del Palau del Marqués de la Scala, del S. XVI.

Ubicado en el cruce de la Plaza de Manises con la Calle Caballeros y la Plaza de la Virgen, encontramos  el Palau de la Generalitat, que tiene su entrada principal en la Calle de Caballeros, nº 2. Aquí se ubica el gobierno autonómico valenciano, en un edificio gótico valenciano del S. XV, que después incorporó restauraciones renacentistas. Declarado Bien de Interés Cultural.



A pocos metros ya podemos disfrutar de la majestuosidad de la Plaza de la Virgen, la más conocida de Valencia, una amplia explanada peatonal que presta su espacio a las más variadas actividades. La más popular, sin duda, es la Ofrenda de Flores que se celebra en Fallas.

Un enclave emblemático del casco histórico de Valencia, que concentra edificios como el Palau de la Generalitat, que acabamos de dejar atrás, la Catedral y la Basílica de la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad y de todo el Antiguo Reino de Valencia, primer ejemplo de construcción barroca de nueva planta en esta ciudad en el S. XVII.

Unida a la Basílica por un arco que cruza un estrecho pasaje encontramos la Catedral de Valencia, sede del Arzobispado, dedicada a la Asunción de María. Construida en estilo gótico valenciano, después vivió intervenciones renacentistas, barrocas y neoclásicas.  Recorremos la Calle del Micalet para llegar a la puerta principal de esta catedral, llamada Puerta de los Hierros, que da al a Plaza de la Reina. Las pinturas del Quattrocento que alberga en su interior y la Capilla del Santo Cáliz son de visita obligada.

Antes de llegar a la entrada hemos pasado junto a la torre del Micalet, torre campanario de la catedral, probablemente el monumento más querido para los valencianos. Puede visitarse todos los días del año para ver las tres salas del campanario y contemplar unas magníficas vistas de la ciudad desde lo más alto. Basta con subir los 207 escalones que tiene su popular escalera de caracol.



Podemos aprovechar para descansar en alguna de sus terrazas antes de abandonar la Plaza de la Reina por la Calle de la Barchilla. En tan solo un minuto llegamos la Plaza de la Almoina.  En torno a ella se levantan el palacio arzobispal, la Catedral y la fachada trasera de la Basílica, entre otros edificios notables. Es la plaza más antigua de la ciudad, plaza mayor de la Valencia romana en el S. II a.C. Debajo de ella podemos visitar un importante museo arqueológico con restos de la ciudad romana, visigoda y árabe.



Regresamos a la Plaza de la Reina, doblamos a la izquierda por la Calle del Mar y después a la derecha por la Calle Luis Vives; cruzamos la Calle de la Paz para después entrar por la Calle de Vidal y llegamos rápidamente al Palacio del Marqués de Dos Aguas, todo un referente del estilo rococó en España.  En su interior podemos visitar el Museo Nacional de Cerámica González Martí, una de las colecciones de cerámica con más prestigio internacional. Otra parada obligatoria.



Volvemos a subir a la bicicleta para seguir por la Calle Poeta Querol y después por la Calle Pintor Sorolla hasta llegar a la Calle de la Universidad. Aquí encontramos la Universitat de València, fundada en el S. XV, la “universidad vieja” como se conoce popularmente. Aunque su expansión llevó las facultades y estudiantes a nuevos campus, hoy en día el edificio de La Nau sigue siendo la sede institucional del rectorado y se ha reconvertido en un atractivo centro cultural dedicado a la programación de exposiciones, teatro y música.

Frente a la antigua universidad, siguiendo por la Calle de la Universidad y doblando por Calle de la Nave encontramos el Museo del Patriarca, gestionado por el Real Colegio Seminario del Corpus Christi. Un edificio construido a caballo entre el S. XVI y el XVII, que alberga una interesante colección de pintura, libros, documentación, piezas textiles y de orfebrería de carácter único.

 



Desde nuestro anterior destino regresamos al carril bici para dirigirnos hacia el antiguo cauce del río. Viajaremos unos 6 minutos, dejando primero a nuestra derecha el ficus centenario del Parterre y después a nuestra izquierda los de La Glorieta; entraremos en la rotonda de la Plaza de la Porta del Mar para dirigirnos al Puente de la Exposición, lo recorreremos por completo, cruzaremos el Paseo de la Alameda y llegaremos el Palacio de la Exposición  por las calles Amadeo de Saboya y Muñoz Seca. Este edificio fue construido en 1909, con motivo de la Exposición Nacional y Regional que se celebró en Valencia aquel año. Después  de una restauración emprendida a finales del S. XX ha vuelto a cumplir las funciones para las que se creó: recepciones, banquetes, conferencias, etc.



A continuación, volvemos a cruzar la Alameda para recrearnos en el Puente de las Flores, otro de los que atraviesan el Jardín del Turia, un diseño de Santiago Calatrava que siempre se encuentra adornado con flores, característica que le hace muy popular tanto para los valencianos como para los visitantes.



Yendo en bicicleta por el Jardín del Turia en dirección a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, tan solo tardaremos unos tres minutos en llegar al Palau de la Música de Valencia. Este auditorio, inaugurado en 1987, se encuentra en el antiguo cauce del Turia y cuenta con varias salas para audiciones musicales, exposiciones, cine, etc. Es la sede de la Orquesta de Valencia y de la Banda Municipal de la ciudad.



Continuamos por el Jardín del Turia, recorriendo casi hasta su final este extraordinario parque urbano. En apenas unos minutos habremos llegado a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, complejo arquitectónico, cultural y de ocio inaugurado en 1998 cuyos edificios más representativos son L’Hemisferic, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el Oceanográfico y el Palacio de las Artes Reina Sofía.



Abandonamos este complejo de corte futurista saliendo del Jardín del Turia por la Calle de Menorca, para doblar después por la Avda. del Puerto y por último en Calle Dr. Juan José Domine. Llegamos a la La Marina de Valencia, situada entre el Puerto Comercial de la Ciudad y su Paseo Marítimo, una zona de ocio que cuenta con diversos restaurantes y discotecas, así como zonas de ocio infantil, en la que podemos aprovechar para relajarnos y reponer fuerzas.



Finalizamos nuestro recorrido en el Paseo Marítimo de la Ciudad, un lugar espléndido para disfrutar del Mediterráneo que empieza su recorrido a tan solo un par de minutos de nuestro anterior destino, llegando por la Calle del Dr. Marcos Sapena. Construido en la década de los 90 para unir la ciudad con el mar, se extiende a lo largo de las Playas de las Arenas y de la Malvarrosa y llega hasta Alboraya.

A lo largo del paseo podemos visitar diferentes restaurantes, e incluso chiringuitos de playa si nos adentramos en la zona de arena. Uno de los jardines más visitados de la ciudad, que cuenta con cerca de 50.000 metros cuadrados de superficie de vegetación.