Datos básicos

Dificultad:

baja

Duración:

90 minutos

Punto de partida:

Puerta del Mar

Punto de llegada:

Jardines de la Glorieta



El anillo ciclista de la ciudad permite disfrutar a su paso de edificios y sitios emblemáticos de la ciudad. Todo un gusto ir en bicicleta y poder empaparse de la cultura y de la historia de la ciudad de Valencia.

 


Plaza de Alfonso el Magnánimo. Parterre, esquina con la calle Poeta Quintana

Se hizo para adornar el huerto de Pontons, un riquísimo canónigo de la Catedral del siglo XVII. Esta escultura barroca representa al dios Neptuno (conocido también como Poseidón en la mitología griega), dios del mar que gobierna todas las aguas y mares con su tridente, causando galernas y temporales. A sus pies hay un gran pez monstruoso (alegoría de un delfín). Se instaló en La Glorieta en el Siglo XIX y en 1960 se trasladó a su actual ubicación en el Parterre.



Plaza de Alfonso el Magnánimo. Parterre.

El elemento más destacado de los Jardines es el monumento erigido en honor de Jaime I, de finales del siglo XIX. Es una monumental estatua ecuestre hecha de bronce procedente de los cañones del castillo de Peñíscola, que magnifica la figura del Rey En Jaume.

Las estatuas ecuestres gozaron de gran prestigio en el mundo romano, y servían para glorificar a los emperadores o a los héroes. La única que se conserva de esta época es la de Marco Aurelio, en la ciudad de Roma.

Existe el falso mito de que la posición de las patas del caballo indica la forma de morir del protagonista de la estatua. Según esta leyenda, habría muerto el rey Jaume I por heridas de guerra, lo cual sabemos que no es verdad.



Calle Colón, Esquina Calle El Justicia y Navarro Reverter

Fue diseñada por el arquitecto Javier Goërlich como monumento a los caídos en los años 40 del pasado siglo. Es una reproducción de la vieja Puerta del Real, que estaba frente al puente del Real, y daba paso al desaparecido Palacio Real. Se destruyó junto con las murallas a finales del siglo XIX.

Tiene el aspecto de un arco del triunfo y, aunque conserva la cruz, la Ley de Memoria Histórica la ha desprovisto de las lápidas laudatorias del franquismo.

Destacan en el remate de sus fachadas el murciélago, símbolo de la Ciudad, y frisos con caballos, y águilas coronando cascos guerreros.

Los murciélagos, presentes en el escudo de la ciudad, en las enseñas de los clubs de fútbol y en históricas asociaciones culturales, son mamíferos voladores, muy importantes en el mantenimiento de los ecosistemas y para la salud pública y están protegidos por la ley, pues son unos voraces insectívoros y sus poblaciones son muy importantes para controlar las plagas de mosquitos, transmisores de muchas enfermedades, por ejemplo, la malaria, que fue una enfermedad endémica de Valencia durante muchos siglos. Cuenta la leyenda que, en la época de la reconquista del rey Jaume I, durante el asedio a la ciudad de Valencia, lo despertaron unos ruidos que hacían los murciélagos y descubrió que el ejército moro estaba intentando un ataque sorpresa, los cuales se retiraron al ser descubiertos.



Calle Sorní, esquina con Jorge Juan

Construido en 1901 por el arquitecto Cortina como vivienda para su padre, fue uno de los edificios más lujosos y avanzados del Ensanche en su época.

Su fachada, llena de simbología, de un depurado estilo modernista, está inspirado fuertemente por la obra de Gaudí y está catalogado como Bien de Relevancia Local.

En diversos puntos de la fachada figuran lagartos, salamandras y dragones como motivos ornamentales de ésta, como apoyo de ménsulas o en la coronación del elemento central del chaflán, que le otorgan el apodo de «dragones» al conjunto de la construcción.



Plaza de los Pinazo

Escultura en bronce con pátina, que recuerda la terracota, sobre un pedestal cúbico, de la artista Elena Nogueroles. Es una denuncia sobre el abandono de animales y un homenaje a los a las personas que se dedican a cuidarlos. La escultura, regalada por la artista a la ciudad de Valencia, se inauguró el día 3 de marzo de 2018. El perro lleva grabado el nombre de Tristán y la gata, el de Soledad.

Tiene un poema gravado en valenciano y en castellano, en referencia al tema.



Calle Xàtiva, 13

Se inauguró durante la II República. Destaca una importante fachada que se remata con un templete de columnas coronado por un águila con las alas desplegadas, sobre las cuales reposa un hombre joven. La estatua original es obra de 1911 del escultor francés Saint-Marceau.

Aunque es el emblema de la famosa compañía de Seguros, en realidad no representa el Ave Fénix. La composición escultórica presenta un hombre joven apoyado sobre las alas del águila y levantando un brazo en el aire. Parece ser una alegoría de Ganímedes, personaje de la mitología griega, símbolo de la eterna juventud. Esta escultura es una réplica de la que corona el edificio de la sede de Madrid, Barcelona, Málaga, Alicante y de otros lugares de España.



Calle Xàtiva

És una estació terminal de caràcter monumental i d’estil modernista valencià, inaugurada en 1917 i obra de l’arquitecte Demetrio Ribes. Declarada Bé d’Interès Cultura (BIC).

Destaca per la seua riquesa ornamental i les seues grans proporcions. En el centre de la façana, sobre el gran rellotge, crida l’atenció una gran bola de bronze, representant l’orbe, sobre la qual desplega les seues ales un àguila realitzada amb gran realisme, símbol de la velocitat.ntando el orbe, sobre la que despliega sus alas un águila realizada con gran realismo, símbolo de la velocidad.



Calle Guillem de Castro, 31

Debió ser una antigua bodega. Es un edificio de principios del siglo XX y en su fachada muestra cuatro medallones con perros apoyados en barriles.



Calle Guillem de Castro

Las representaciones de los caballos son las muestras más antiguas de la animalística en el arte europeo. Esta escultura es una réplica del ejemplar arqueológico que se encuentra en el Museo de Prehistoria y se colocó en 1982, cuando se inauguró el Jardín del antiguo Hospital. El original, que es de pequeño tamaño, apenas mide 7,5 cm. Se trata de un exvoto que representa un jinete y se encontró en el yacimiento ibérico de la Bastida de Les Alcuses, en Moixent. Su datación se remonta al siglo V antes de Cristo.

Representa a un guerrero ibérico armado con espada, escudo y casco montado en un caballo.



Plaza de Vicente Iborra

De factura francesa, la adquirió el municipio en 1851 para celebrar el nacimiento de la Princesa de Asturias. Se instaló primero en la Plaza del Mercado y después en La Alameda, hasta 1967, que se instaló en su ubicación actual. Su estilo sigue las corrientes naturalísticas de la época. Destacan dos aves acuáticas, los somormujos, rodeados de abundante vegetación, entre la cual aparecen otros animales acuáticos, como ranas, tortugas y peces, que asoman entre el follaje, con gran fidelidad a los modelos zoológicos.

Los somormujos, también llamados zampullines, son aves que podemos ver en La Albufera y otros humedales de Europa. Se alimentan de insectos, peces, ranas y reptiles que cazan con su pico afilado. Cambian de plumaje en las estaciones y, en el plumaje de verano, que es la época del cortejo, presentan unas extensiones de plumas a los lados de la cabeza a modo de “moños”.



Calle Guillem de Castro, 175

Obra de principio del Siglo XX, se fundó a expensas del mercader sedero Juan Bautista Romero, que perdió a su hijo a una edad temprana, con objeto de dar enseñanza y acogimiento a los niños pobres. En el frontón hay una imagen alegórica de Jesús Maestro, y en un lateral podemos ver una palmera y un “supuesto” perro ladrando al cielo.



Plaza dels Furs

Las torres de Serranos fueron una de las principales puertas de la muralla bajomedieval, de finales del siglo XIV. El nombre de Serranos se debe a que recibía a los viajeros procedentes de la zona de serranía. Tuvo varios usos, desde defensa de la ciudad, cárcel y hasta almacén de los cuadros del Museo del Prado durante su estancia en Valencia, en la Guerra Civil.

Una de las gárgolas representa un león con un niño entre sus garras. Las gárgolas servían para desaguar los niveles superiores de las Torres. En las ménsulas de la escalera hay dragones y diversos animales mitológicos.



Sede de la Delegación de Gobierno

Lo mandó construir Carlos III, entre 1761 y 1770, para albergar la Sede de la Orden de Montesa, después de que un terremoto asolara el castillo titular de la Orden. Directamente vinculado a la corte, es de estilo típico del neoclasicismo italiano.

Uno de los elementos ornamentales más importantes es el escudo de Carlos III, en la fachada de la Iglesia, orlado con el collar del Toisón de Oro, la más alta condecoración de la casa de Borbón. El Toisón es un carnero colgante que hace referencia a la leyenda mitológica de Jasón y el vellocino de oro.



Plaza de Tetuán

Al antiguo convento gótico de Santo Domingo se le añadió, a finales del siglo XVI, una nueva portada renacentista a la iglesia, en la fachada de la actual Plaza de Tetuán. Sobre la portada hay un enorme tímpano semicircular en el que se observa el escudo de la Orden de los Dominicos con dos perros dogos como soporte, animales emblemáticos de la orden. El papa Gregorio IX les encomendó la persecución de los herejes, y, por su especial dedicación a esta tarea, pronto recibieron el sobrenombre de «Domini Canes» (perros del Señor). En el interior del tímpano, se encuentra dos letras: D y F, que significan “Dominicanus Fratres” (frailes dominicanos).



Jardines de la Glorieta

Aunque los tritones son anfibios actuales, del grupo de las salamandras, según la mitología, Tritón es un dios marino, hijo de Neptuno y Antitrite. En astronomía, la luna del planeta Neptuno se llama también Tritón. El atributo especial del dios marino Tritón era una caracola, que tocaba como una trompeta, para calmar o elevar las olas del mar. Esta caracola que sopla Tritón es una Charonia lampas, especie mediterránea muy común en la antigüedad, incluso en las playas de Valencia. Se ha encontrado en las ruinas del antiguo puerto romano, aunque hoy es escasa, y está en peligro de extinción.