Datos básicos

Duración:

4 horas

Punto de partida:

Santa Catalina

Punto de llegada:

Glorieta



Es un auténtico placer darse un paseo tranquilo, sin prisas, por estas calles impregnadas de historia, tan características de Valencia, admirando cada detalle que surge a nuestro paso, visitando los sitios más interesantes.

Esta ruta combina la riqueza patrimonial de monumentos civiles y religiosos, que localizamos principalmente en Ciutat Vella, con la visita a calles residenciales y zonas ajardinadas que han servido como lugares de descanso, recreo y vida social para valencianos de varias generaciones.

Desde la Iglesia de Santa Catalina y las inmediaciones de Calle de la Paz hasta el Palacio del Marqués de Dos Aguas, visitamos los Jardines de la Glorieta, la Universidad vieja y el Teatro Principal, entre otros atractivos puntos de destino.


Arrancamos el primer tramo de nuestra ruta en  un monumento emblemático de  Valencia: la Iglesia de Santa Catalina, una de las primeras iglesias edificadas en la ciudad tras su conquista en 1238. Construida en un estilo gótico mediterráneo, posteriormente ha sido objeto de distintas intervenciones, entre las que destaca la construcción de su famosa torre barroca.

Frente a Santa Catalina se abre la Calle de la Paz, una de las reformas urbanas más representativas del S. XIX en Valencia, que comunica la Plaza de la Reina con los Jardines de la Glorieta y la Parterre.

El Parterre nos queda a mano derecha viniendo por la Calle de la Paz, casi llegando a la Plaza Porta de la Mar. Es uno de los jardines más significativos de Valencia, construido a mediados del S. XIX. A destacar su descomunal ficus, que alcanza una altura de 24 metros, y la estatua del Rey Jaume I, que vigila todo el parque.

Por su parte, los Jardines de la Glorieta, o simplemente la Glorieta para la mayoría de los valencianos, se comenzaron a construir durante la época de la Guerra de la Independencia. Estos populares jardines han sufrido a lo largo de su historia diversas modificaciones y reconstrucciones, como la que hubo que realizar después de la riada de 1957.

Rodeado por la Glorieta y el Parterre encontramos Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que tiene su sede en el Palacio de Justicia. Fue construido en el S. XVIII como antigua aduana para filtrar el comercio que llegaba del mar. Se recomienda echar un vistazo a la espectacular escalera de estilo neoclásico que hay en su interior.

Desde la Plaza Porta del Mar, y al costado del Palacio de Justicia, arranca la Calle de Colón, eje principal del Ensanche, construida sobre la antigua muralla. Abundan los centros comerciales, tiendas y edificios de corte modernista. En la entrada de la estación de Metro Colón se han integrado los restos de la Porta dels Jueus que aparecieron durante las obras del subterráneo, una de las doce puertas con las que contaba la muralla cristiana, demolida en 1890.

Si cruzamos la Calle Colón y recorremos la Calle Sorní que se abre frente a la boca del Metro, llegamos en breves minutos al Pont del Mar, un puente peatonal que cruza el antiguo cauce del Turia, conectando el centro con la Alameda. Fue construido en 1591 y recibió este nombre ya que servía de nexo entre la ciudad y el Puerto.



El segundo tramo de nuestra ruta se inicia en la Plaza de Tetuán, a escasos diez minutos andando de donde nos encontrábamos al finalizar el tramo anterior. Allí se encuentra el antiguo Convento de Santo Domingo de los dominicos, orden a la que Jaume I concedió este terreno. Construido en 1239, combina los estilos gótico valenciano y barroco. Ha tenido diversos usos a lo largo de la historia, por ejemplo sede de la Capitanía General de Valencia.

Enfrente se encuentra el Palacio de Cervelló, que diversos reyes y otras personalidades utilizaron durante el S. XIX como residencia en sus visitas a Valencia. Restaurado en el S. XXI, este palacio alberga hoy en día el Archivo Histórico Municipal, uno de los más antiguos de Europa.

En la misma plaza se encuentra el Centro Cultural Bancaja, un espacio multidisciplinar concebido fundamentalmente para albergar exposiciones y conferencias, gestionado por la Fundación Bancaja. Se ubica en un edificio que es el resultado de la unión de dos construcciones históricas: la sede antigua Caja de  Ahorros y Monte de Piedad de Valencia (S. XX) y la antigua residencia de Manuel Gómez Fos (S. XIX).

A tan solo 3 minutos andando por la Calle de General Tovar volvemos a la Calle de la Paz. Proyectada siguiendo el urbanismo decimonónico francés, se convirtió en una calle residencial que poco a poco se ha ido disipando dicho carácter, ya que las antiguas viviendas que ocupó la burguesía en los últimos dos siglos se han transformado en edificios de oficinas, despachos, restaurantes, etc. Aun así, sigue siendo una calle de enorme encanto.

El recorrido por la Calle de la Paz en dirección a la Plaza de la Reina nos permite impregnarnos de su ambiente señorial. Giramos a la izquierda para visitar el Palacio Marqués de Dos Aguas en la calle que lleva su mismo nombre.  Se construyó en el S. XVIII partiendo de una reforma de la antigua casa solariega de los Rabassa de Perellós, titulares del marquesado de Dos Aguas, con un marcado estilo rococó. En su segunda planta podemos encontrar el Museo Nacional de Cerámica González Martí, que cuenta con una importante colección de piezas de cerámica de todos los tiempos.

Este tramo de nuestra ruta culmina por todo lo alto a tan solo 4 minutos de distancia. Regresamos a la Calle la Paz y acabamos de recorrerla en su totalidad para doblar a la derecha en la Plaza de la Reina y seguir recto. Ya divisamos La Catedral (s. XIII), su puerta meridional llamada de Los Hierros y su torre más célebre del Micalet, todo un símbolo para los valencianos.  Visitamos uno de los grandes monumentos religiosos del Mediterráneo, sede del Arzobispado de Valencia.  Construida sobre la Mezquita Mayor en 1238, predomina el estilo gótico valenciano, aunque con el paso del tiempo ha incorporado elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos.



Cerca de la Catedral, a tres minutos caminando por la Calle de la Barchilla y la Calle Palau, encontramos el Palacio del Almirante de Aragón. Se trata de una mansión señorial  ejemplo del gótico civil valenciano del S. XV, que fue reformada en el S. XVIII y que alberga en su sótano las ruinas de una calle romana.

Junto al palacio localizamos los Baños del Almirante, un edificio mudéjar construido entre 1313 y 1320. Es el único ejemplo de baño público en España que se mantuvo activo hasta mediados del S. XX. Declarado Bien de Interés Cultural, en 2005 se abrieron al público para su visita.

Muy cerca de allí, en la Calle Trinquete de los Caballeros encontramos también la Iglesia del Milagro y Hospital de Sacerdotes Pobres, del siglo XIV, que prácticamente no conserva nada de sus orígenes góticos y ofrece el aspecto que le dieron las restauraciones posteriores de los siglos XVII y XVIII. A destacar los excepcionales paneles de cerámica que pueden admirarse en los muros del patio.

En la misma calle podemos visitar la Iglesia de San Juan del Hospital (S. XIII), una de las más antiguas de la ciudad, en un edificio que aglutina románico, gótico valenciano y barroco.

Seguimos en dirección a la Calle de La Paz para visitar una serie de monumentos que se encuentran en torno a una de sus perpendiculares, la Calle Comedias. Así llegamos a la Plaza de San Vicente Ferrer. Allí nos espera la Iglesia de Santo Tomás Apostol y San Felipe Neri, del S. XVIII, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Una iglesia construida según el modelo barroco de la Iglesia del Il Gesú de Roma, de gran influencia en la arquitectura religiosa europea.

Atravesamos La Calle de La Paz y recorremos entera la Calle Comedias. Justo cuando termina y se convierte en la Calle de la Universidad, doblamos por la Calle de La Nave para encontrarnos con el Real Colegio Seminario Corpus Christi o del Patriarca, del S. XVII, construido por iniciativa del patriarca San Juan de Ribera. En su lado oeste se encuentra la Iglesia del Patriarca, cuyo claustro, construido con columnas de mármol genovés, es uno de los mejores exponentes de arquitectura renacentista que se pueden ver en la ciudad.

Finalizamos este tramo de nuestra ruta en la llamada la Universidad Vieja, situada en el tramo que ocupa la Calle de la Universidad. El edificio de La Nau es la sede de la Universitat de València desde su fundación en el S. XV, Siglo de Oro Valenciano. Hoy en día desarrolla principalmente su actividad como centro cultural de la universidad (Centre Cultural La Nau), además de ser la sede institucional del rectorado.



Nuestro recorrido comienza en el Palacio del Marqués de Dos Aguas, en la Calle Poeta Querol. Es un precioso edificio de estilo rococó construido en el S. XVIII, declarado Monumento Histórico Artístico, que cuenta con una espectacular portada alabastrina. Dentro podemos visitar el Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí.

Siguiendo esta misma calle en dirección a la de las Barcas, encontramos la entrada principal de la Antigua Iglesia de San Andrés, templo de origen gótico reconstruido en estilo barroco. Desde el final de la Guerra Civil recibe el nombre de Iglesia de San Juan de la Cruz. Atención a la decoración rococó de su interior.

Continuamos nuestro camino y en un par de minutos llegamos al Teatro Principal de Valencia, divisando primero la fachada que da a Poeta Querol y doblando después en la Calle de las Barcas para colocarnos en su puerta principal. Este teatro pionero abrió sus puertas en 1832 y desde entonces ha sufrido numerosas obras de mejora y modernización. Ofrece una variada programación de teatro, música y danza.



Esta propuesta de recorrido arranca en la Plaza Redonda, un lugar emblemático y entrañable para los valencianos que acoge un mercado tradicional. Se trata de una pequeña plaza interior de planta circular con cuatro entradas, construida en el centro geométrico de la ciudad del año 1840. Miles y miles de valencianos han visitado esta plaza los domingos para comprar los más diversos objetos y, especialmente en el caso de los chavales, para conseguir los cromos que le faltaban a su colección.

Muy cerca de la Plaza Redonda se encuentra la Iglesia de Santa Catalina, ejemplo del gótico valenciano del S. XIII, aunque a lo largo de los siglos haya ha sufrido distintas reformas. Se trata de una de las iglesias más antiguas de la ciudad. Su torre barroca es otro de los emblemas de la ciudad.

Tan solo un par de minutos de recorrido separan la Iglesia de Santa Catalina de la Catedral, sede del Arzobispado de Valencia, dedicada a la Asunción de María. El gótico valenciano es el estilo principal de este edificio.  Muy recomendable su colección de pintura italiana del S. XV y una visita a la Capilla del Santo Cáliz.  ¿Y quién no ha escuchado hablar de la Torre del Micalet o Miguelete?  Es la torre campanario de la Catedral, de estilo gótico valenciano, uno de los monumentos más característicos de Valencia que se puede visitar hasta lo más alto a través de su escalera de caracol.

Volvemos por la Plaza de la Reina. Enfrente de la Iglesia de Santa Catalina  se abrió a finales del S. XIX la Calle de la Paz, una de las calles con más encanto de Valencia. Une la Plaza de la reina con los Jardines de la Glorieta y su función original fue mejorar la comunicación del centro con el mar. Durante más de un siglo tuvo un marcado carácter residencial y en ella habitaron algunas de las mejores familias de la burguesía. Aquellos tiempos pasaron y hoy en día es una calle llena de despachos, oficinas y restaurantes, aunque sigue destacando por la belleza de sus edificios.

Si avanzamos en dirección a la Glorieta por la Calle de la Paz y giramos en la segunda calle a la derecha, llegaremos al Palacio del Marqués de Dos Aguas, auténtica joya del estilo rococó construido hacia 1740 y declarado Monumento Histórico Artístico en 1941. Alberga el prestigioso Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí.

Volvemos a la Calle de la Paz y seguimos en la misma dirección, admirando sus edificios de carácter modernista. Finalmente llegamos a los Jardines de la Glorieta, más conocidos por como La Glorieta, muy populares entre los valencianos, que cuentan con algunos de los ficus más monumentales de la ciudad y con una amplia zona de juegos infantiles. Su construcción se remonta a la época de la Guerra de la Independencia. Posteriormente se ha reformado en diversas ocasiones.