1. CONTEXTO GENERAL

Resulta sorprendente que la industria de la madera fuera una de las más importantes en la Valencia del siglo XIX, por la escasa cantidad de bosque del territorio. La materia prima, en realidad, se transportaba desde Aragón, Cuenca o Teruel hasta la ciudad, donde se aserraba y redistribuía. Valencia se abastecía de madera principalmente a través del río Turia, en

lugar de por vía terrestre, desde la Edad Media. A este transporte se le llamaba maderada y se le asociaban oficios ya desaparecidos como el de ganchero, que guiaba los troncos por la corriente como un pastor.

Las fábricas de tableros, ventanas y puertas se situaban tradicionalmente en las proximidades del puente de San José, ya que era el lugar donde se extraía la madera del Turia. Fueron numerosas tanto en la zona de Guillem de Castro como en el Llano de la Zaidía, donde se encontraba una de las industrias madereras más potentes: la de los hermanos Comín.

 

Cartel de la película “El río que nos lleva” (Antonio del Real, 1989), basada en la novela de José Luis Sampredo de 1982 y que homenajeaba a los gancheros del río Tajo.

 

Además de alrededor del puente de San José, la zona del puerto también vivió una expansión de la industria de la madera a finales del siglo XIX. Una de las causas fue la fabricación de cajas y toneles para la exportación de productos agrícolas y de vino. El otro motivo fue la cada vez mayor importación del transporte por vía marítima y ferroviaria, que hizo desaparecer las maderadas.

2. PRODUCCIÓN / CARACTERÍSTICAS

En la construcción de edificios, la madera se utiliza en la estructura (forjados, vigas) y en cerramientos (techos, ventanas y puertas), pero también se trabaja desde un punto de vista estético en forma de artesonado, lambrequines y puertas con molduras decoradas con formas orgánicas o propias de la naturaleza. A pesar de esto, durante mucho tiempo se conoció como fusters de gros a los carpinteros, en contraposición a los ebanistas o fusters de fí que elaboraban muebles y trabajos considerados más delicados.

 

Litografía de un álbum (Carpintería artística, de Andrés Audet i Puig), editado en Barcelona, entre 1904 y 1905.

 

Litografía de un álbum (Carpintería artística, de Andrés Audet i Puig), editado en Barcelona, entre 1904 y 1905.

 

Una de las maderas más apreciadas fue la de mobila, llamada así por su importación desde el puerto de Mobile (EEUU) a finales del XIX. Procedía de hasta cuatro especies de pino, se obtenían tablas de grandes dimensiones y presentaba más resistencia ante plagas.

Con el Modernismo encontramos una aplicación de la carpintería artística muy cuidada, en la que predominan las líneas curvas, y que se extendía entre los artesanos a través de catálogos y álbumes con grabados.

En Valencia, destacan edificios de principios del siglo XX con la madera como protagonista: las taquillas y zócalos de la estación del Norte (1907-1917) y el Edificio Ferrer (1908), que presenta en la puerta y en el vestíbulo formas curvas y elementos que recuerdan a la naturaleza.

 

Zócalos de la Sala de los Mosaicos, en la Estación del Norte.

 

Puerta y vestíbulo del Edificio Ferrer (C/Ciril Amorós 29, València). Fotografía de Cristina Montiano.

 

3. EJEMPLOS DEL CABANYAL

En las viviendas del Cabanyal, encontramos una carpintería funcional y centrada en puertas y ventanas.

Son elementos sencillos y prácticos, en los que no sobresalen los elementos decorativos. En las puertas, se suele diferenciar las dos hojas y se siguen un patrón simétrico con plafones y molduras que van produciendo recovecos y sombras. Algunas de las más decoradas se sitúan en la C/ de la Reina y la C/Barraca.

Esto se combina muchas veces con ventanas y rejas, que aportan ligereza y un toque estético. Al mismo tiempo que no se deja de lado la seguridad e intimidad de los habitantes, función esencial de estos elementos que separan lo íntimo de lo público. La carpintería y la fundición son elementos íntimamente relacionados.

Otra aplicación artística muy relacionada con la madera y la carpintería es la moldura, con la que se suele decorar la parte superior y los lados de las entradas.

 

Puertas de madera de viviendas del Cabanyal. Fuente: Izquierda. Derecha (Eva Bravo).

 

Otro de los rasgos más particulares del Cabanyal, y de la ciudad de Valencia en su totalidad, es el lambrequín. Hay pocos ejemplos en madera de este elemento que cubría las persianas venecianas, si comparamos con la gran cantidad que existen producidos por fundición en el barrio. Puede que su presencia sea menor por la conservación del material, que puede verse más afectado por el clima húmedo y salado de esta área de la ciudad. Ya sean de madera o de hierro fundido, comparten características comunes como el troquelado o el relieve de elementos de la naturaleza.

 

Lambrequín de madera, en una vivienda del Cabanyal. Fotografía de Cristina Montiano.