1. CONTEXTO GENERAL

A partir de los siglos XIX y XX, el hierro va a aplicarse a los edificios de dos formas que muchas veces se complementaban. Por un lado, encontramos la “Arquitectura del hierro”, que utilizaba este material en la estructura y composición de los edificios, buscando sustituir a la madera y aportar mayor ligereza y modernidad a las construcciones. Por otro lado, tendríamos la forja artística con la que se moldeaban balaustradas de escaleras, balcones, rejas para puertas y ventanas.

 

Izquierda: Inscripción en la que se puede leer “Fundición Ferrer Valencia”, en una vivienda de la C/José Benlliure. Fotografía de Cristina Montiano. Derecha: Folleto publicitario de la Primitiva Valenciana, de a partir de 1879. Fuente: Clica aquí

 

La industria valenciana del metal crece a partir de mediados del siglo XIX y las fundiciones (Ferrer o la Primitiva Valenciana como ejemplos) se instalaban todavía dentro de la ciudad, ya que proveían sobre todo al mercado local. Había tanta y tan variada demanda, no solo aplicada a la arquitectura sino también a la industria y la agricultura, que muchos artesanos extranjeros instalaron sus talleres en Valencia.

 

Fotografía de la construcción de la Finca de Hierro, en la antigua ubicación de la fábrica de la Primitiva Valenciana (C/San Vicente 199, Valencia) (Laviche, 1959).
Fuente: URL

 

Interior del Mercat Central de Valencia (1914-1928), ejemplo de arquitectura del hierro.
Fuente: Google Imágenes (licencia Creative Commons).

 

2. PRODUCCIÓN / CARACTERÍSTICAS

Si nos centramos en la forja decorativa de las viviendas, podemos ver diferentes usos del metal presentes incluso en una misma fachada:

+ Barandillas de balcones, muy cuidadas por la importancia social de este elemento en las casas, al servir de conexión entre la esfera pública y la privada.

+ Lambrequín, o guardapersianas, sobre las ventanas. Cumple dos funciones: proteger la persiana veneciana de las inclemencias del tiempo a la vez que ocultarla de una forma estética. Valencia destaca como la ciudad española con mayor cantidad y variedad de este elemento, y la segunda europea después de Lyon.

+ Las “cares d’aigua”, que se interpretan popularmente como un elemento de protección de la vivienda y sus habitantes. Suelen situarse en canalones, desagües y bajantes de lluvia, forjados con moldes. Las hay con cara de niños, de mujer, de señores barbudos e, incluso, de seres mitológicos.

+ Lasrejasenpuertasyventanas:porunlado, responden a una necesidad de separación y seguridad del espacio privado con respecto a la calle, especialmente en la planta baja; por otro lado, en estos elementos se combina la funcionalidad con la estética al moldear con detallismo formas vegetales o geométricas.

 

Izquierda: Ejemplos de lambrequines en los barrios de Ruzafa, el Carmen y el Cabañal. Fuente: fotografía de Juan Manuel Álvarez, en “El lambrequín en Valencia” (TFG) (2020-2021). Derecha: Ejemplo de “cara de l’aigua”, en la C/Bonaire (Valencia). Fotografía de Cristina Montiano

 

3. EJEMPLOS DEL CABANYAL

Las caras de la C/ José Benlliure

Paseando por esa calle, con mucha atención, se pueden encontrar varias “caras del agua”. Con rostro de mujer y de varón, con barba y sin ella, observan desde los canalones en busca de cualquier peligro que pueda afectar a la casa de la que son guardianas. O eso se dice.

También se pueden descubrir huellas de los productores de las cañerías que recorren las fachadas: la fundición Ferrer, una de las más importantes en Valencia a principios del siglo XX.

 

“Caras de agua”, en cases del C/ José Benlliure. Fotografía de Cristina Montiano

 

“Caras de agua”, en cases del C/ José Benlliure. Fotografía de Cristina Montiano

 

C/Barraca 116, 141, 147, 149, 151…

Los lambrequines tienen un lugar muy destacado, en cantidad y variedad, en la C/Barraca. Los de hierro parecen plantillas troqueladas, casi siempre con motivos vegetales, orgánicos o geométricos, y solían hacerse a juego con el balcón. Al principio eran un signo de poder económico de los propietarios, ya que hacerlos en hierro era más caro que fabricarlos en madera o yeso. Pero con el tiempo los trabajos de fundición fueron abaratándose, seguramente por el trabajo en serie y con catálogos y por la cantidad de talleres presentes en Valencia.

 

Ejemplo de lambrequines en viviendas del Cabanyal. Fotografías de Eva Bravo y Laura Pastor.

 

El Casinet (C/José Benlliure 272)

Construido en 1909, es el nombre popular del edificio de la Sociedad Musical Unión de Pescadores. Fue relevante en el panorama político valenciano ya que, desde sus balcones, Blasco Ibáñez pronunció más de un discurso. Las barandillas son de hierro forjado, con motivos vegetales modernistas, y el balcón pasó a ser un espacio de proyección sociopolítica en lugar de un elemento decorativo y funcional más del edificio.

 

Balcón y lambrequín del Casinet del Cabanyal.
Fotografía de Cristina Montiano.