La pilota valenciana es el deporte propio y específico del Pueblo Valenciano que se practica desde tiempo inmemorial en todo el territorio de la Comunidad Valenciana, siendo la única región de Europa en la cual perdura la práctica en su genuina tradición.

Además, alrededor del juego de la pilota valenciana confluyen una serie de aspectos culturales, sociales, etnográficos y lingüísticos que constituyen una muestra de la riqueza y diversidad de nuestra sociedad y de sus tradiciones.

Por todo esto, la pilota valenciana es un símbolo de la identidad de los valencianos, y, como tal, merece que la Generalitat reconozca su valor y le otorgue el mayor grado de protección, la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano que concede a los bienes que constituyen su patrimonio inmaterial, para así garantizar su legado a las generaciones futuras, declarándose como Bien de Interés Cultural Inmaterial el 5 de septiembre de 2014.

La práctica de juegos de pelota es una constante en buena parte de las culturas antiguas de todo mundo. En el caso concreto de la pelota valenciana, su origen se sitúa claramente en la antigüedad grecoromana. Así, en varios textos clásicos griegos se hace referencia a la práctica de juegos de pelota a mano con diferentes variantes y el denominador común de practicarse en lugares específicos habilitados a tal efecto, de manera individual o por equipos, y con un número máximo de botes de la pelota.

En la actualidad, la pilota valenciana disfruta en nuestro territorio de un gran arraigo social y de una vitalidad que crece día a día. Hay en la Comunidad Valenciana más de 3.700 deportistas de pelota federados, y están en funcionamiento más de 130 instalaciones en las cuales se practican las diferentes modalidades de este deporte. Cada temporada se celebran ocho campeonatos oficiales profesionales, unas 20 competiciones no oficiales y más de 2.200 partidas del día a día; todas ellas en las modalidades de escalera y cuerda y de cepillo; a nivel no profesional, se disputan unas 40 competiciones en las modalidades de frontón, galotxa, cepillo, escalera y cuerda y de largas palma y pértiga. También el deporte base ha experimentado un importante auge, especialmente el Programa Pilota a la la Escuela que en la última década ha aumentado el número de sus actuaciones en un quinientos por ciento, hasta conseguir los 14.000 alumnos anuales en 2014.

La pilota valenciana tiene un vocabulario propio, particular y peculiar; unas palabras y unos modismos característicos y específicos de este ámbito, que han perdurado a lo largo de los siglos y que singularizan e identifican tanto el deporte como la lengua.

Por otro lado, el predominio de las diferentes modalidades del juego en las diferentes comarcas de la Comunidad Valenciana ha contribuido indudablemente a preservar las variedades dialectales específicas de las diferentes zonas del territorio.

Así mismo, hay que destacar que el mundo de la pelota ha mantenido el valenciano como lengua propia en su actividad diaria, preservándolo y enriqueciéndolo, al mismo tiempo que muchas de sus expresiones y palabras características se incorporaban al lenguaje coloquial.

La pilota valenciana ha sido, por lo tanto, a lo largo de la historia un factor esencial para la preservación del uso de palabras y formas clásicas olvidadas en el habla actual y para el mantenimiento de la normalidad del uso de la lengua en el ámbito cotidiano. La Academia Valenciana de la Lengua ha elaborado y editado el Vocabulario de juego de pelota con el fin de facilitar el conocimiento del léxico de este juego y fomentar el uso de nuestra lengua, reconociendo con esto la importancia de la pelota en la cultura y la tradición del pueblo valenciano y su carácter simbólico e identitario.