En el año 138 a. C., los romanos fundaron València sobre una isla fluvial rodeada por el río Turia, determinando desde entonces su paisaje. Sus periódicas inundaciones, obligaron a encauzarlo y, tras la riada del 14 de octubre de 1957, a construir un trazado alternativo al histórico para evitar nuevos daños.
El desvío del cauce del río Turia a su paso por la ciudad dejó libre una importante franja de terreno que la cruzaba de oeste a este. En un principio se planificó una vía rápida para el tráfico de vehículos, pero durante las décadas de los 70 y 80 se desarrolló una movilización ciudadana con el lema El riu es nostre i el volem verd, que desembocó en la aprobación de un plan especial que convirtió el antiguo cauce fluvial el parque urbano más extenso de España y uno de los más grandes de Europa.
A lo largo de sus casi 10 km, tanto en su parte inferior como superior y alrededores, podemos encontrar una buena parte del patrimonio histórico y artístico de la ciudad de todas las épocas. El Jardín del Turia es pues el auténtico «pulmón verde y cultural» de València.
Protejamos nuestro patrimonio histórico.