El sarcófago En la entrada del Cementerio General encontramos el sarcófago que realizó Mariano Benlliure en 1935 y que debía presidir el monumento funerario dedicado por la ciudad a Vicente Blasco Ibáñez. Es un magnífico cenotafio de mármol, bronce y latón, con la figura yacente del insigne novelista en la parte superior y figuras que representan sus novelas en los laterales.

La llegada del cuerpo de Vicente Blasco Ibáñez a València

Vicente Blasco Ibáñez murió en Menton (Francia) el 28 de enero de 1928. Tres años después, instaurada la Segunda República, se formó un Comité Pro Traslado para cumplir con el deseo del escritor de reposar a orillas del Mediterráneo. Con la conformidad del gobierno de la nación, el ayuntamiento de la ciudad encabezó las iniciativas planteadas para trasladar sus restos mortales y, con una dimensión auténticamente idolátrica, honrar la memoria de uno de los valencianos más universales.

“Un suceso cuyo esplendor no se olvidará jamás”
Seguramente, Valencia vivió uno de los episodios más multitudinarios de su historia el 29 de octubre de 1933, pues se congregaron muchas más de 300.000 personas, con una comitiva oficial de 15.000 prohombres liderada por el presidente Alcalá Zamora, para recibir y acompañar el féretro con los restos mortales de Blasco Ibáñez. Desde que desembarcó en el puerto, a bordo del acorazado Jaime I, se le rindieron honores de jefe de Estado. Como el féretro pesaba cerca de 700 kg, se formó medio centenar de grupos de porteadores para su traslado hasta la Lonja, donde quedó expuesto durante varios días, para ser trasladado posteriormente a la sala de Concejales del Cementerio.


Datos básicos

Dirección:

Santo Domingo de Guzmán, 27
46017, València