Datos básicos

Duración:

4 horas

Punto de partida:

Torres de Serranos

Punto de llegada:

El Almudín



La ruta comprendida entre el Monasterio de la Trinidad y el monumento del Almudín de Valencia cuenta con un enorme trasfondo histórico y artístico, y también con algunos de los lugares y monumentos más interesantes, reconocidos y admirados por los ciudadanos valencianos.

En el margen derecho del antiguo cauce del río Turia admiraremos la majestuosidad de obras inmortales, entre las que podemos destacar las Torres de Serranos.  Después, cruzaremos alguno de sus puentes centenarios para disfrutar de una combinación única de arte, pintura y naturaleza.

Nuestro recorrido nos llevará después hasta la Calle de Trinitarios en una ruta plagada de  palacios, iglesias y otros monumentos de indiscutible belleza.


Nuestro recorrido se inicia en las Torres de Serranos, monumento gótico del S. XIV. Es una de las puertas fortificadas de la ciudad medieval, que todavía hoy se mantiene en pie ya que sobrevivió a los planes urbanísticos que demolieron la muralla en el S. XIX. Muy recomendable hacer una visita por su interior y subir a la parte más alta para disfrutar de unas preciosas vistas de la ciudad.

Desde la Calle Conde Trénor cruzamos al otro margen del antiguo cauce del río por el Puente de la Trinidad, el más antiguo de nuestra ciudad y el primero que se realizó en piedra sillar reemplazando a otro antiguo de madera. Su construcción se inició en 1401, aunque tuvo que volverse a edificar en el S. XVI tras una riada. Toma su nombre del Monasterio de la Trinidad, que se encuentra a escasos metros de distancia.

Este monasterio, construido en el S. XIII, declarado Bien de Interés Cultural, cuenta con una  fachada de estilo gótico flamígero. Por su parte, la fachada, el claustro y el refectorio de la iglesia son de estilo gótico valenciano mientras que su decoración es barroca.

Desde este punto, avanzamos por el margen del antiguo río en dirección a los Jardines del Real. Antes de llegar, una parada obligatoria es el Museo De Bellas Artes San Pío V, en el que podemos disfrutar de una extraordinaria selección de obras maestras de la pintura valenciana que llevan la firma de Ribera, Sorolla, Pinazo… aparte de cuadros de Velázquez, Murillo y otros referentes clásicos.

Dejamos atrás el museo y en seguida llegamos a los Jardines del Real o Viveros, como conocen la mayoría de valencianos a este parque urbano, uno de los pulmones verdes de la ciudad. Sin duda es el jardín más emblemático de Valencia, por su extensión,  su historia, su valor paisajístico, variedad botánica… Un lugar muy querido y frecuentado.



Este segundo recorrido de nuestra ruta lo iniciamos en la Calle Salvador. Antes habremos vuelto a cruzar el Puente de la Trinidad hacia el centro histórico. En un par de minutos doblaremos por la Calle de la Unió y saldremos a la Plaza de San Lorenzo. En esta plaza encontraremos el Palau de Benicarló o Palau dels Borja. Aquí se reúnen todos los días las Cortes Valencianas. Este edificio, construido  a caballo entre el S. XV y el XVI, mezcla los estilos gótico y renacentista.

Casi enfrente tenemos la Iglesia de San Lorenzo (S. XIII), edificada sobre una antigua mezquita y una de las diez primeras iglesias de la ciudad. El templo actual obedece a las obras desarrolladas en el S. XVII, ejemplo del barroco.

Cogiendo la Calle de los Franciscanos, nos desviamos ligeramente para visitar el Palau dels Català de Valeriola (S. XV), que hoy en día utiliza el gobierno valenciano para diferentes labores administrativas. Otra muestra del estilo gótico civil.

A continuación regresaremos a la Calle Salvador por la de Samaniego y una vez allí accederemos a la Calle Trinitarios. En el número 1 encontramos la Iglesia del Salvador (S. XIII), declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Esta fue la primera iglesia que se construyó en Valencia tras la conquista de Jaume I en 1238.

Muy cerca de esta iglesia tenemos el Antiguo Seminario (S. XIX), que hoy en día, aparte de funcionar como residencia eclesiástica, alberga la Facultad de Teología.

Si bajamos por la Plaza Conde del Real y seguimos por la Calle del Conde de Olocau, llegaremos en un par de minutos a la Plaza de Sant Lluís Bertrán. Aquí encontraremos el último punto de destino de nuestra ruta: El Almudín, un antiguo almacén de trigo de grandes dimensiones cuyos orígenes se remontan al S. XIV. Actualmente este espacio es un centro de exposiciones artísticas.